Actualidad Noticias J. José Esteban: “Los episodios navales nos muestran facetas olvidadas que nos conformaron como sociedad, siempre desde la mar”

J. José Esteban: “Los episodios navales nos muestran facetas olvidadas que nos conformaron como sociedad, siempre desde la mar”

Entrevistas

01 oct 2020
La iniciativa me pareció una idea genial, una oportunidad para que nuestros conciudadanos vean que jamás hemos vivido de espaldas a la mar
FVCV
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València

 

1. Para contextualizar esta entrevista. La FVCV os solicita colaboración para recopilar los episodios navales históricos de la Comunidad Valenciana con fin pedagógico.  A partir de ahí, desde la Comandancia Naval comenzáis a investigar, ¿cómo planteaste y qué te pareció esta iniciativa?

La iniciativa me pareció una idea genial, una oportunidad para que nuestros conciudadanos vean que jamás hemos vivido de espaldas a la mar, sino que muy al contrario la comunidad valenciana ha vivido siempre empapada de mar, unida al mundo por la mar y que debe lo que hoy es y sus momentos de máximo esplendor a ese mar y a la navegación a vela.

El comercio en nuestros días circula en un 90% por mar y en la mar radica la riqueza de las naciones. La navegación por los mares y océanos siempre ha sido el medio de transporte y comunicación más rápido y económico para cargamentos de un volumen importante. Los avances en la construcción naval tanto en los cascos como en los aparejos de vela, hicieron posible el aumento progresivo de los volúmenes transportados y eso a un coste reducido ya que las velas cuadras, sin remos, necesitaban muy poca tripulación. O sea, tales avances hicieron posible el comercio europeo, motor de la recuperación económica del mundo mediterráneo que desembocaría en el renacimiento y en el siglo de oro del reino de Valencia, el siglo XV.

Una vez asumido el reto, tuve claro que tenía que encerrarme en la biblioteca del centro de historia y cultura militar de Valencia y navegar por sus estanterías hasta ir localizando los acontecimientos navales de nuestro pasado que pudiesen resultar interesantes a los alumnos de las escuelas de vela. Por eso, el factor tiempo iba a ser determinante. Afortunadamente las circunstancias anómalas creadas por la pandemia han hecho posible que yo dispusiese de ese tiempo y que la Armada a través de la comandancia naval de Valencia me pudiese activar, para atender la solicitud de la Federación de vela.

2. Han sido tres intensos meses de investigación en la biblioteca del Centro de Historia y Cultura Militar -  Centro del Ejército, ¿cómo ha sido el día a día de trabajo?

Para alguien enamorado de la historia naval, Teniente de Navío Reservista Voluntario, como es mi caso, que tiene al San Juan Nepomuceno, el navío de Churruca, en la batalla de Trafalgar en el salón de su casa; que ha trabajado desde hace muchos años, con pasión, nuestra historia naval y que ha “construido” a lo largo de su vida, una biblioteca particular muy respetable, la experiencia ha resultado simplemente maravillosa. Nuestra historia naval cuando profundizas en ella te revela esa España marítima que puso el mundo en el mapa para bien de la humanidad y que mantuvo una estructura política marítima de dimensión universal durante más de tres siglos. El protagonismo de las escuadras de guerra españolas y de los marinos que las hicieron realidad, en el correr de los siglos, ha ocupado y ocupará cientos de estudios de gran enjundia en cuyo interior se encuentra un conocimiento histórico tan incomparable y extraordinario como incomparable y extraordinaria es nuestra historia naval. Únicamente hay que atreverse a saber y eso es lo que he hecho durante estos tres meses.

La biblioteca del centro de Historia y Cultura Militar-Centro del Ejército en Valencia es un tesoro y además de lo expuesto en las salas de lectura dispone en sus almacenes de una ingente cantidad de obras de temática militar que hacen las delicias de cualquier amante de nuestra historia y que recogen en sus páginas ese conocimiento incomparable y extraordinario que he mencionado antes . Verdaderamente he disfrutado. Se me dió total libertad para moverme por sus dependencias y literalmente he recorrido y “escalado” las estanterías. Este trabajo no hubiera sido posible sin la biblioteca del centro de HCM-C del Ejército en Valencia.

El horario de la biblioteca era de 8 a 14.00, pero yo me he quedado todas las tardes hasta las 18.30 -19.00 más o menos, para avanzar la faena, porque la investigación histórica requiere mucho tiempo. Tardes de verano inolvidables, sumergido en nuestra historia naval, que hicieron que el día que me fui de la biblioteca me diera verdadera pena tener que abandonar aquel barco lleno de joyas históricas, en el que había estado embarcado.

Al no estar digitalizados los libros de la biblioteca, he tenido que navegar por las estanterías, identificando obras y autores. Tarea para la que conocer en profundidad la historiografía naval y a sus autores, ha sido determinante. De otro modo podría haber pasado de largo por verdaderos “yacimientos históricos” sin percatarme de su importancia. Afortunadamente a lo largo de los años he disfrutado con la lectura permanente de muchísimos libros de temas navales que se encuentran en mi biblioteca particular, lo que me ha ayudado mucho a la hora de realizar este proceso de investigación histórica, dónde con infinito placer encontraba muchos de los ejemplares que yo ya tenía en casa.

Una vez localizados los episodios navales hice una selección de los que me parecieron más apropiados, coordinado siempre con la Federación de Vela de la Comunitat Valenciana, hasta establecer la lista final. El criterio buscaba cubrir todas las épocas en 20 episodios navales con un orden cronológico razonable. Disciplina y laboriosidad de marino han hecho el resto. En definitiva se trata de un trabajo minucioso y artesano realizado con mucho cariño, norte y guía de tres meses de mi vida, que espero ayude a transmitir el amor por esa España marítima, por nuestra Armada, por la mar dónde se ha decidido siempre el porvenir y por la historia, maestra de la vida , que nos marca el rumbo a seguir para llegar a buen puerto como sociedad, recordándonos con insistencia, que debemos lo que somos, a nuestra dimensión marítima y a la navegación a vela.

3. ¿Qué tiempos y zonas geográficas abarca la investigación?

La investigación abarca todo el litoral de la comunidad valenciana desde los tiempos de Roma hasta la guerra de la independencia que concluye en 1814. Un tiempo en que la vela conformó el mundo. Los diferentes episodios seleccionados permiten ver como va evolucionando la construcción naval de buques de vela a lo largo de la historia y como esa evolución ha influido de manera determinante en el desarrollo de nuestra sociedad. Por las páginas de los episodios narrados desfilan: naves onerarias, trirremes, liburnas, dromones, táridas, carracas, cocas, galeras, galeotas, fustas, jabeques, galeones, goletas, bergantines, fragatas, navíos, es decir todas las embarcaciones que han navegado por nuestras aguas en la época de la navegación a vela y cuyas características principales se describen brevemente.

Adicionalmente, he intentado reflejar, en la medida de lo posible, el contexto geográfico de cada episodio naval, mostrando unas pinceladas de la evolución geomorfológica de la línea de costa, que hace 1000 o 2000 años no coincidía con la actual. Ahí mi faceta de Ingeniero de Caminos Canales y Puertos ha aflorado intensamente. En la zona norte de nuestra comunidad, la costa ha experimentado un ligero retroceso, más o menos desde Sagunto hacia el norte (el puerto romano de Sagunto en el Grau Vell o el de Almazora están hoy sumergidos). Mientras que hacia el sur, ha avanzado bastante hacia el mar, en ambos casos debido a la dinámica litoral fruto de la combinación de corrientes marinas y sedimentos aluviales. A modo de ejemplo el Portus Ilicitanus, actual Santa Pola, estaba más hacia el interior y la zona de fondeo existente en la época del ataque vándalo a la flota del emperador Mayoriano en el 460, era mucho más grande que en la actualidad. Los sedimentos aportados por el Vinalopó han hecho avanzar la línea de costa. Y lo mismo sucede en la mayoría de las ciudades costeras más prósperas de la comunidad, en época antigua, establecidas a una distancia de seguridad preventiva de la orilla del mar, y con una zona portuaria en la costa, casi siempre en la desembocadura del río en el que estaba emplazada la ciudad. El tramo de río entre la costa y la ciudad era navegable lo que facilitaba el intercambio de mercancías desde los buques de transporte, mediante embarcaciones menores, hasta la ciudad, que inteligentemente quedaba resguardada del ataque directo, impredecible y letal que podía surgir de la mar en el momento más insospechado. Prueba de este planteamiento poblacional son: Orihuela y Guardamar en el Segura, Elche y el Portus Ilicitanus en el Vinalopó, Valencia y su Grao en el Turia, Sagunto y su Grao en el río Palancia, Burriana y su Grao en el río Anna etc. Muy llamativa resulta la incursión de los vikingos hasta Orihuela en el 859 que no se lo pensaron dos veces, remontando el río Segura con sus drakkars, diseñados para navegar en aguas someras. Solo las ciudades fortificadas podían tener alguna oportunidad en primera línea de costa: Peñíscola, Denia o Alicante son un ejemplo e incluso así podían ser arrasadas como La Pobla de Ifach o Benidorm o saqueadas reiteradamente como Cullera, sobre todo si se encontraban ubicadas en la zona más castigada por la piratería berberisca, el tramo de costa desde Guardamar hasta Cullera.

Posteriormente la emergencia de Francia primero y de Inglaterra después como potencias marítimas enmarcará los episodios navales restantes de la serie con especial protagonismo de los acaecidos en torno a la guerra de sucesión a principios del XVIII y a la guerra de la independencia. A principios del XIX.

 

4. El naufragio de la fragata Guadalupe en 1799, vikingos en Orihuela, Cullera objetivo pirata, Bombardeo en Alicante… ¿qué evento histórico destacaríais de toda la recopilación?

Sin dudarlo, la figura deslumbrante del papa luna en su castillo de Peñíscola, con su inigualable biblioteca y su escuela de navegación, casi flotando en el mar Mediterráneo.

El contexto en el que vivió en pleno cisma de occidente. Sus navegaciones por el Mediterráneo con su curia itinerante hasta recalar en Peñíscola dónde Benedicto XIII creó una corte pontificia marinera que estableció relaciones con el medio y el lejano oriente. Su biblioteca, calificada como la mejor de su tiempo, que albergaba un compendio de sabiduría en disciplinas como las ciencias naturales, las matemáticas o la astronomía o lo que es lo mismo en el arte de navegar. Su personalidad capaz de aguantar las presiones de todas las testas coronadas de Occidente y de influir en el futuro de España. Y por si todo esto fuera poco, hacer de Peñíscola, además de corte papal, la base desde la que él pensaba reconquistar Roma con su escuadra de galeras, constituye un fresco histórico, a mi juicio, realmente fascinante.

Desde su atalaya mediterránea movió los hilos del compromiso de Caspe, obrando con gran sagacidad y con la mira puesta en la unidad definitiva de los reinos peninsulares. Si las marinas de Castilla y Aragón eran temibles por separado, unidas serían la primera marina de Europa, lo que era decir entonces del mundo. Su visión naval del mundo le permitía ver, dónde otros no veían nada. Organizó una imponente escuadra de galeras, capitaneada por su sobrino Rodrigo de Luna, cuyas dotaciones estaban formadas por caballeros de la orden de Montesa convertidos gracias a la escuela de navegación de Benedicto XIII, en monjes-marinos-guerreros, lo que les confería un prestigio que volaba por el Mediterráneo. Y así impuso su ley y la seguridad marítima en todo el litoral de la corona de Aragón, de la que Peñíscola era su centro. Todos estos acontecimientos tienen para mi una fuerza tremenda, la fuerza que Blasco Ibáñez percibió en “el papa del mar”.

5. Habéis elaborado 20 ficheros que son pura cultura de la vela…

Si, las velas y el viento hicieron posible el desarrollo físico y humano de la comunidad valenciana con la capital del reino de Valencia a la cabeza. Los diferentes episodios navales que van a poder disfrutar los alumnos de las escuelas de vela, nos muestran facetas olvidadas que nos conformaron como sociedad, siempre desde la mar. Verán como Valencia en el siglo XV se convertiría en la capital financiera del reino de Aragón gracias al comercio marítimo a las galeras que salían de sus atarazanas  y a los préstamos a Alfonso V. Caerán en la cuenta de la importancia del trigo del mar para evitar las hambrunas en nuestras costas siempre deficitarias en cereales, que debían importarse desde el norte de África, Sicilia o la Provenza y comprenderán la importancia decisiva de una fuerza naval, de una Armada que garantice la seguridad en la mar al ver como se tenían que armar naves de guerra para proteger a los mercantes que lo transportaban hasta nuestras costas desatándose  verdaderas guerras del trigo con reinos y ciudades rivales que se apropiaban de cualquier buque cargado de cereal en épocas de carestía sin atender a otra razón que la de la fuerza.

Vivirán las vicisitudes del ataque permanente del corso berberisco desde el siglo XIV con el Barreig de Torreblanca y la represalia de la Armada Santa sobre el norte de África, con el saqueo de Cullera o de Ifach, hasta llegar al ataque al Grau Vell de Sagunto en la segunda mitad del siglo XVIII y comprenderán el porqué de una red de torres vigía y de defensa que jalonan nuestro litoral y que durante siglos paliaron la falta de escuadras de guerra que lo protegieran.

En el combate de Papachino o el bombardeo de Alicante en 1691 comprobarán la importancia fundamental de disponer de una Armada poderosa que garantice nuestro bienestar que de otro modo puede ser fácilmente atropellado por aquellas naciones que si disponen de ellas, porque lamentablemente en política internacional solo existen los intereses y en el amor y en la guerra ya se sabe…Únicamente es necesario parecer lo suficientemente débil como estado para corroborarlo.

Asistirán desde la mar a las vicisitudes de la guerra de sucesión española, dónde nuevamente se pone de manifiesto, cuando Inglaterra tras la muerte del emperador austriaco ya no quería ver al archiduque Carlos en el trono de Madrid y en el de Viena simultáneamente y retira a la sorda su flota, que no se puede obtener la victoria sin una flota poderosas. El resultado de la contienda es de sobra conocido.

Cultura de la vela es también conocer aunque sea a grandes rasgos la evolución de la técnica naval en el correr de los siglos: las variaciones  en la proporción eslora-manga que dieron paso a las liburnas y los dromones en lugar de los trirremes, el aumento de capacidad de transporte de  los barcos que se hacen más mangudos, el paso de la vela latina a la vela cuadra y la reducción de remos que reduce las tripulaciones en los buques de transporte, la aparición del timón de codaste en lugar del de espadilla, el refuerzo estructural del casco con el sistema de cuaderna doble que permite embarcar mucha más artillería, el aumento de la superficie vélica y del número de velas en los barcos así como de la complejidad de su aparejo . Todo ello producirá los majestuosos navíos de nuestra Armada a finales del siglo XVIII y principios del XIX con los que concluye nuestro periplo histórico.

Y cultura de la vela es conocer que todos esos aspectos de mejora en la construcción naval a lo largo de los siglos de la navegación a vela, van a modificar las pautas de población del territorio, acercando a la población a la costa al hacer posible el resurgir del comercio, emulando los tiempos de Roma y posibilitando el crecimiento de la población gracias al desarrollo económico de las ciudades costeras, fruto de la multiplicación de los intercambios comerciales por mar .

6. Y todo con un fin pedagógico… ¿cuáles son los objetivos de esta investigación?

La cultura mueve los corazones, la mar tiene una dimensión humana que hace amarla y la divulgación de los hechos navales acaecidos en nuestros mares, tiene mucho que decir y muchas pasiones que despertar. Su efecto multiplicador estoy convencido de que será excepcional, a la hora de difundir, los valores humanos y sociales, que forjan sociedades emprendedoras y dinámicas, las únicas capaces de construir un futuro mejor. Y estoy convencido también de que esa divulgación, encontrará eco en ese alma levantina, comerciante y marinera, abierta a los cuatro puntos cardinales, capaz de transformarlo todo cuando se vuelca en la mar.

El fin último de la investigación histórica realizada es divulgar y concienciar a los alumnos de las escuelas de vela del papel estelar que la mar ha desempeñado en la historia de nuestra región y de España. En particular de la influencia de la navegación a vela  en nuestro devenir político y económico en el correr de los siglos. Con estos episodios navales históricos se busca que los alumnos de la escuelas de vela descubran nuestra historia marítima, su trascendencia y su papel esencial en el desarrollo de nuestra sociedad.

Podrán vigilar el paso de naves por el canal de Ibiza, desde la peña del águila y navegar con la flota pirata del indómito Sertorio, en las aguas de Denia, durante las guerras civiles romanas. Asistir a la destrucción de la flota del emperador Mayoriano por los vándalos en las postrimerías del imperio romano de Occidente en el Portus Ilicitanus (actual Santa Pola) en el año 460. Vivir el asalto vikingo a Orihuela, remontando el río Segura con los demonios del norte, en el 859. Acompañar en el año 1233 a Jaime I en la toma de Burriana, llave de Valencia, que solo pudo ser conquistada, cuando se dominó la mar. Seguir las vicisitudes y de los combates navales durante la guerra de los dos Pedros a lo largo de nuestro litoral , especialmente en Guardamar y en Cullera en 1359. Poner en valor los esfuerzos de la ciudad de Valencia, a caballo entre los siglos XIV y XV, armando buques de guerra para proteger el trigo del mar del que dependía su población para no caer en la hambruna. Ver arrasado por dos veces y abandonado, Ifach , en 1337 y 1637, primero por la flota de Pedro I y luego por los berberiscos. Surcar todo el Mediterráneo occidental con la Armada Santa para vengar el asalto berberisco a Torreblanca en 1397 y apoyar al papa Luna sitiado en Avignon. Descubrir en 1411 una Peñíscola base de las galeras del papa Benedicto XIII, el fascinante personaje que Blasco Ibáñez llamó el papa del mar. Vivir el asalto de Marsella por la flota de Alfonso V y saber porqué están en la catedral de Valencia, las cadenas que cerraban el puerto marsellés en 1423. Recordar la ferocidad de los Barbarroja en los ataques a Villajoyosa en 1538, a Sagunto en 1547 o a Cullera en 1550. Otear el horizonte desde el fuerte de Bernia a finales del siglo XVI, a la espera de que la armada turca o los piratas berberiscos aparezcan en el horizonte, prestos para acudir con nuestros soldados a defender los lugares atacados. Tener noticia de las torres vigía y de defensa de toda la costa, desde Vinaroz a Guardamar, el sistema de comunicación más veloz de la época para avisar de la presencia de los piratas en la costa. Navegar a bordo de las galeras del duque de Lerma en Denia en 1618, para limpiar las aguas valencianas de enemigos. Resistir con el almirante Papachino en aguas españolas de Altea, el provocador ataque, tan premeditado como injustificado de una escuadra francesa, tres contra uno, en 1688. Comprobar los demoledores efectos de otro ejercicio de prepotencia francés con el bombardeo naval francés de Alicante en 1691. Seguir los bandazos de la suerte de la guerra con la toma austracista primero en 1706 y borbónica después en 1708 del castillo de Alicante. Recordar cómo la piratería procedente del norte de África continuó siendo un grave problema hasta finales del siglo XVIII cuando el Grao de Sagunto sufre un asalto en 1780, a raíz del cual se construye su baluarte del Grau Vell. Sentir la tragedia y el heroísmo durante el naufragio de la fragata Guadalupe en 1799 sobre las rocas  de Denia. Combatir en Oropesa por tierra y por mar , en 1801 y 1805 contra el inglés y en 1811 contra el francés, siempre en defensa del más valioso de nuestros tesoros que no es otro que nuestra soberanía, la soberanía española, máxima garantía de nuestra libertad como pueblo.

7. De toda la investigación, ¿qué es lo que más interesante os pareció? Datos que os llamaran especialmente la atención

Resulta muy llamativa la modificación de la zona litoral en estos 2000 años, de manera que muchas realidades geográficas históricas son difícilmente asumibles a simple vista debido a lo mucho que ha cambiado el escenario físico. Hay que caer en la cuenta de que las zonas cultivadas en el mundo antiguo eran muy reducidas, prácticamente todo el territorio era secano y no se tomaba casi agua de los ríos que mantenían un caudal muy superior al que vemos en nuestros días, lo que los hacia navegables desde la costa hasta las ciudades. Los romanos eran expertos en desecar zonas de marjal con numerosas albuferas, paisaje que presentaba la mayor parte de nuestro litoral, para transformarlas en tierras de cultivo. La Albufera de Valencia tenía una superficie diez veces mayor que la actual y la línea de costa se encontraba 2 km tierra adentro en época romana. A lo que podemos añadir también que las embarcaciones de la época eran también de unas dimensiones muy modestas para llegar a la conclusión de que la mar era algo muy próximo.

Sorprendente ha sido, así mismo, constatar como ya hace casi 2000 años el Mediterráneo era la autopista por la que se comunicaban todos los pueblos ribereños. Ver como Mitrídates del Ponto desde el Asia menor pactaba con Sertorio enviándole un flota pirata a Denia, a cambio de asesoramiento militar. Asistir a la “barbara astutia” de Genserico el rey del reino pirata de los vándalos atacando en su base del Portus Ilicitanus a la flota romana del emperador Mayoriano o saqueando la misma Roma desde su base en la Cartago romana y norteafricana. Ver a Alfonso V el Magnánimo una y otra vez a bordo de sus galeras, entre Italia y Valencia pasando por Marsella o acompañar a Barbarroja invernando en la costa azul francesa con la flota turca aliada de una Francia poco escrupulosa a la hora de intentar debilitar a España en la mar. 

En otro orden de cosas, aunque como marinos tenemos la íntima convicción de que una fuerza naval poderosa es determinante para salvaguardar nuestras libertades y nuestra soberanía, resulta especialmente reconfortante corroborar esa convicción con los datos históricos que atestiguan como disponer de una escuadra de guerra, era la diferencia entre la seguridad y la servidumbre, entre un floreciente comercio y un comercio arruinado, entre los hombres libres y los esclavos. Ratificando con nuestro devenir marítimo, que la máxima de Temístocles en la batalla de Salamina: “Quién domina la mar domina todas las cosas”, ha estado vigente desde entones y lo estará siempre.

Sin olvidar que todo lo anterior es sumamente revelador de que la mar, para bien o para mal, ha hecho siempre muy próximas las riberas del Mediterráneo.

8. ¿Esperabais que en la Comunidad Valenciana hubiera tanta historia y tanta cultura en torno al mar y a la vela desde los tiempos de Roma?

Como muy acertadamente comentó Alberto un día:” la mar rezuma historia en cada playa”. La historia del reino de Valencia, respira mar. No es posible concebir Valencia sin la mar que le da vida. No es posible entender el devenir histórico de esta tierra sin conocer la interrelación eterna de sus gentes con la mar. Sumergirse en nuestra historia naval nos permite poner en cuestión ese mar embravecido, de tópicos negativos y descompuestos, acerca de nuestro pasado marítimo, enarbolados con tanta frecuencia como harta ignorancia. Valencia ha encontrado siempre horizontes prometedores cuando se ha volcado en la mar, su historia no lo enseña una y mil veces, si queremos verlo, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.

La mar une los pueblos, las tierras los separan, la mar ha unido siempre la Comunidad Valenciana al mundo y prueba de ello son los numerosos episodios navales acaecidos en nuestro devenir marítimo a lo largo de la historia. Conocerlos contribuye a conocer nuestras raíces y a comprender nuestra sociedad de ayer, de hoy y de siempre. La Federació de Vela de la Comunitat Valenciana, estandarte de la Navegación a Vela en nuestra región, consciente de la vocación naútica de nuestra región, ha querido rendir tributo a esa historia marítima que nos ha conformado, haciéndonos lo que somos y ponerla en valor, difundiéndola a través de su Red de Escuelas de Vela Homologadas EVCV. Y lo ha hecho convencida de que no hay mejor escuela de vida que la mar y su historia, sabedora de que no hay mejor manera de comprender nuestra realidad que mediante una mirada panorámica y penetrante a esa historia ,cuyas raíces se hunden en la mar que tanto nos apasiona. Gracias a esa convicción de la Federació de Vela de la Comunitat Valenciana hemos podido largar velas y seguir la estela de los que nos precedieron en el correr de los siglos, en esa maravillosa aventura que es navegar a vela en la mar.

 Por último no quiero concluir sin agradecer :

A la comandancia naval de la Armada española en Valencia, en la persona de su comandante el capitán de navío D. Alfredo Cordón, el haber contado conmigo para materializar esta iniciativa.
A la biblioteca del Centro de Historia y Cultura Militar- Centro, en la persona del coronel del Ejército de Tierra D. Juan Carlos Espinosa, su colaboración impagable para proporcionarme toda clase de facilidades en mi tarea investigadora.
A la Federación de vela de la comunidad valenciana, germen e impulsora original del mismo y a Miguel y a Alberto, mis interlocutores en el seno de la misma, su colaboración sincera, llana y leal para alcanzar los fines del proyecto.

Todos ellos suscribirían las palabras de Ruben Darío, refiriéndose a la mar: “Mi alma siente la influencia de tu alma invisible” y por eso compartir con todos ellos el amor por la historia y por la mar ha sido una experiencia inolvidable.